La Plata en conflicto por el tema de la atención médica para jockeys vareadores; sin carreras el jueves
- Turf Diario
- 18 mar
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 19 mar
Profesionales y vareadores reclamaron una cobertura privada en caso de accidente y decretaron un cese por tiempo indeterminado de las actividades, pero la Administración avisó que el servicio es el que hay y que llamará a conciliación obligatoria en el Ministerio de Trabajo provinicial; se suspendieron los vareos y la reunión de este jueves

Por Diego H. Mitagstein
LA PLATA.- No hay paz en el Bosque, donde, desde que el Estado clavó sus garras, se conocieron más problemas que momentos de gloria. Lejos de sus tiempos de esplendor, los eucaliptos son hoy casi que una carga para el turf argentino, una fuente de conflictos permanentes entre la voracidad provincial y la incapacidad de los dirigentes que van pasando.
El nuevo viejo problema pasa por la salud y el cuidado de los jinetes cuando tienen un accidente allí, y que fue expuesto tras la caída que sufrió en la octava carrera del domingo el aprendiz Juan I. Pintos que, con su cadera fracturada, entre otros problemitas, desfiló por 3 hospitales bonaerenses antes de encontrar el lugar donde atendieran su requerimiento, urgente, claro está.
Cuando el lunes en el Hipódromo Argentino de Palermo Francisco Leandro, líder de las estadísticas de jinetes, confirmó que no competiría más en La Plata hasta que no se solucionara la cuestión de la atención de los profesionales en caso de accidente, la mecha se encendió.
Este martes ya hubo una movilización de jockeys, vareadores y otros integrantes de la familia del turf para pedirle a la Administración sureña, encabezada por Mariano Cowen, justamente eso: tener un lugar seguro y con la capacidad de atención necesaria en caso de accidente que, como se sabe, suelen ser graves por la naturaleza del deporte.
Pese a las charlas, no hubo acuerdo, con La Plata emitiendo un comunicado (pésimamente redactado, dicho sea de paso...) de nula empatía y casi que poniéndose en pie de guerra.
"Ante la decisión de jockeys, vareadores y cuidadores de tomar como medida de fuerza un cese indeterminado de las actividades hípicas reclamando (que) la atención médica ante un accidente en pista sea realizada por un hospital privado, y habiendo sido rechazada también la opción de reforzar los canales comunicacionales con las instituciones provinciales para su pronta asistencia, el Hipódromo de La Plata informa que en cumplimiento del artículo 22 de la ley 13.253, se cubren los siniestros con pólizas vigentes con Provincia Seguros S.A. por accidentes comprensiva de gastos sanatoriales, renta diaria y fallecimiento
"Asimismo, no tiene facultades para realizar derivaciones a instituciones privadas del sistema de salud, siendo la derivación en la emergencia en este hipódromo a hospitales públicos de la Provincia de Buenos Aires.
"Por ello, y ante la negativa de aceptar las normas establecidas y la medida de fuerza decretada por tiempo indeterminado, se solicitará la pertinente conciliación obligatoria ante el Ministerio de Trabajo provincial".
Literalmente, la administración dijo: "Esto es lo que hay, si no les gusta, no corran". Tratándose de un reclamo por salud y cuidados lógicos, resulta inadmisible semejante respuesta, casi violenta. Así las cosas, ya se comenzó a decir que el jueves no habrá carreras como estaba previsto, y muchos se preguntan la razón por la que no se organiza una licitación o se busca la forma de cumplir con el pedido de los profesionales, más aún habiendo enorme cantidad de empresas privadas trabajando en el Estado bonaerense, en limpieza, mantenimiento, y tantos otros menesteres.
Por decisión de la Administración, no se podrá varear ni miércoles ni jueves y tampoco se realizará la reunión prevista para este último día.
Cómo están dadas las cosas, el frente de conflicto amenaza con hacerse más espeso y más profesionales se plegarían a la decisión de Francisco Leandro. Como siempre, el Estado bonaerense juega con la necesidad, pues muchos jinetes o vareadores no pueden darse el lujo de dejar de trabajar ya que necesitan el dinero para vivir, por lo que tienen que jugarse la vida (literalmente), rezar que no les ocurra nada, y, en caso de que tengan un accidente, contar con la suerte necesaria como para no estar dando vueltas a la espera de atención como le sucedió al pobre Juan I. Pintos... Sensibilidad cero en La Plata, donde el Estado no te cuida...
Comments