Vida Amorosa hizo su trabajo a la perfección y ya sueña con el Ciudad de Buenos Aires
- Turf Diario
- 11 mar
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La hija de Safety Check se impuso de punta a punta y con suficiencia en el Clásico Irlanda (G3) y confirmó el gran momento que atraviesa

Después de 19 años una yegua volvió a ganarle a los machos en el Clásico Irlanda (G3-1000 m, arena normal), una de las pruebas que actualmente conducen a los velocistas hacia el primer gran cruce que tiene la división cada temporada: el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1).
Desde la victoria de Ondina (Southern Halo) en 2006 que las chicas no podían con los chicos en tan importante competencia, serie negativa que este lunes en el Hipódromo Argentino de Palermo quebró la buena de Vida Amorosa, embarcada claramente en el momento más picante de su sólida y generosa campaña.
Volviendo a sus fuentes, corriendo a la descubierta, y aprovechando al máximo la largada externa que tanto favorece a sus aptitudes, la hija de Safety Check sometió a sus rivales de un extremo al otro, esforzándose solo en la parte final, dando un salto grande en el ranking de la categoría y posicionándose como uno nombre a tener muy en cuenta para la gran prueba del 1 de mayo próximo.
Tras sufrir un par de derrotas ante Lagoa Azul (Lenovo), cuya figura sumó puntos sin correr por relación transitiva, la alazana estuvo intratable, haciendo dupla nuevamente con Rodrigo Bascuñán, el jockey que se subió a su silla para cambiarle la vida.
Agachadita, como siempre, Vida Amorosa salió presta, tomó la diagonal hacia la verja y, una vez que llegó a la parte más firme de la recta porteña, empezó a ponerle ritmo al desarrollo. Pasó los 400 metros iniciales 20s32/100 y los 800 al cabo de 41s94/100 (parciales una vez más poco creíbles, aunque pronto habrá lindas novedades al respecto...) y de los 200 a la meta respondió de la mejor forma, apelando al aire extra y repeliendo la carga de la potranca y favorita A La Vista (Angiolo), a la que terminó superando por un cuerpo y por tercera vez.
A 1 1/2 largo más, Yukon Jack (Glory Seattle) selló una meritoria gestión de regreso al derecho, con 4 cuerpos más hasta Mr. Boombastic (Lucky Island). Lone Ranger (Le Blues), que venía de imponerse en el Clásico Jerry Honor, esta vez no tuvo respuesta y terminó cerrando la marcha. El tiempo de la carrera fue de 53s86/100, con terreno volador.
Es cierto que el lote de participantes del Irlanda no fue de los más fuertes, pero, si Vida Amorosa quería darle valor a su actuación, debía liquidar el pleito de la forma en que lo hizo, sin dejar dudas, llegando a su octava conquista en 29 salidas, 3 de ellas en el plano de los clásicos de G3, y quedando al borde de los 50 millones de pesos en premios.
Criada por el Haras Don Yayo y presentada por Gustavo Aguirre, la alazana es la segunda cría de la corredora Vida Perfecta (Perfectperformance), que supo ser cuarta en el Clásico Asociación Cooperativa de Criadores de SPC (L), en la misma familia de Full Keynote (Full Mast), el potrillo que el sábado en San Isidro se llevó el Clásico Antártida Argentina (L).
La cuarta madre de Vida Amorosa es la recordada Kefallinia (Saint Sever), de la cual también surgieron la campeona Kiriaki (Catcher In the Rye), el G1 Full Keid (Full Mast) y los ganadores de grado Kiriel (Orpen), Kandara (Catcher In the Rye) y Key Dance (Freud).
Kefallinia era hermana materna de dos caballos excelentes como Idomene (Grand Chelem) y Menesteo (Fitzcarraldo), y de otro muy corredor como Duliquio (Grand Chelem), todos nacidos en el ya desaparecido y emblemático Haras Ojo de Agua.
Vida Amorosa dio el paso que fue a buscar en el Clásico Irlanda. Quedan menos de 2 meses para el Ciudad de Buenos Aires, y habrá que ver si espera la gran cita o tiene un escalón intermedio para sumar otra labor positiva. Si hay un momento para dar el salto, ese es el actual para la yegua que corriendo ligero y pegadita a la verja, siempre se hace notar en la velocidad de Palermo...
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